Wednesday, March 5, 2008

Soñando al Revés por Tom Peterson

Soñando al-revés Por: Tom Peterson “El otro día soñé que todos los mapas del mundo habían sido virados al revés. Libros de Atlas en todas las bibliotecas, mapas de carreteras de la ciudad de Cincinnati, mapas del tamaño de una pared dentro de salones de preparación para la Guerra de las grandes naciones, incluso mapas del antaño con inscripciones como “Por estas partes hay dragones” fueron giradas al inverso. Lo que antes era norte ahora era sur, el este era el oeste. Como una bola de mantecado medio derretido, La Antartida ahora era la cima del los globos terráqueos en las escuelas. En mi sueño, me vi rodeado de una nube de ansiedades. Ahora los Estados Unidos estaban abajo. ¿Acaso nos tendríamos que parar al revés, mientras la sangre baja a nuestras cabezas? ¿Necesitaríamos zapatos especiales con chupones para mantenernos pegados al planeta, las hojas del otoño caerían hacia arriba? No, recordé, una vez una manzana le pego a Newton sobre la cabeza- no hay necesidad de preocuparse por estas cosas. Habian otras cosas que me preocupaban aun mas. Ahora que estábamos abajo, serian explotados nuestros recursos y esfuerzo por los que ahora estaban arriba. Acaso las naciones Africanas, Asiáticas y Latinoamericanas se juntarían para reformar el comercio mundial para estar a favor de ellos.
Mis vecinos y yo acaso tendríamos empleos por temporadas en donde ganaríamos 2 dólares por día en haciendas de melocotones y fresas. ¿Trabajarían las mujeres y los niños desde que saliera el sol hasta el atardecer para apenas sobrevivir de la tierra de California y Virginia? ¿Y la fruta que cosecharíamos desde Nueva Orleáns y Nueva York para los niños de Tailandia y Etiopia se las puedan comer apresuradamente en la mañana por no perderse la guagua que los llevara a la escuela? ¿Pasarían entonces nuestros hijos la mañana no en la escuela sino caminando dos millas para traer agua y la tarde buscando madera para la cocina y la calefacción? Acaso la gente con poder y dinero en este país mandaría a sus hijas e hijos a las universidades en Cairo y Buenos Aires? ¿Nuestra economía sería dependiente de la buena voluntad y los caprichos de, por ejemplo, el Brasil? ¿Brasil enviaría aviones y armas de guerra a Washington, DC para asegurar nuestro deseo de cosechar manzanas y tabaco para la exportación mientras que nuestros niños pasan hambre? ¿Acaso Brasil y Vietnam lucharían sus guerras con nuestro ¿hijos en nuestro país? ¿Consideraríamos la revolución?
¿Si nos rebelamos, el gobierno de la Filipina formularia un complot para poner en poder a su General favorito de los E.E.U.U luego apoyándolo con ayuda militar?

¿Trabajaríamos en las fábricas de explotación fabricando radios para el chino?
¿Nuestro aceite seria enviado en petroleros al sureste Asia para hacer funcionar sus autos, aire acondicionado y microondas mientras que la mayor parte de nuestros pueblos se quedan sin electricidad?

¿Los líderes religiosos del mundo acaso nos llamarían paganos obstinados sobre
quién el juicio del dios había caído, causando nuestra miseria? Proclamarían
desde sus púlpitos lujosos que si simplemente volviéramos a dios, nuestras necesidades
se verían colmadas?

En mi sueño, vi una niña gritar en Calcuta. Sus padres no le comprarían
más video juegos hasta el día de su cumpleaños. Vi a su madre conducir a
el supermercado y cargar su carro con alimentos congelados y comida chatarra,
vegetales, queso, carne, y revistas para mujeres.

También vi a una madre de Houston haciendo pan horneado en un horno de tierra. Ella había estado llorando porque quedaban mas habichuelas para su familia. Uno de sus hijos la miraba decaído. Él era rubio, tenia cerca de seis años. Se dio vuelta lentamente, su mirada vacía fijada hacia mi.

En ese momento me desperté con un grito de asombro. Estaba en mi propia cama, en mi propia casa. Era todo un mal sueño. Me acosté de nuevo para dormir, pensando,
“Todo esta bien, sigo arriba”

Gracias a Dios!

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